*Por Vinícius Boemeke
Automóviles autónomos, cirugía remota, administración inteligente de energía, robots y drones en áreas de desastre: posibilidades que probablemente hagan del mundo un lugar mejor. Pero para que eso suceda, necesitamos la mejor conectividad, habilitada por una red robusta con agilidad y escalabilidad.
En el segundo día de conferencias del Mobile World Congress (MWC), en Barcelona,pude seguir el debate sobre Inteligencia Artificial (IA) conducido por Daniel Beazer (Analysis Mason), con destaque para la presencia de Cristina Rodriguez (Intel) y Nukhet Kayahan (Microsoft).
Sabemos que con IA y redes robustas es posible reaccionar, predecir y actuar en tiempo real. La evolución de la inteligencia artificial es un tema del que se ha hablado mucho en los últimos tiempos, y de hecho las empresas cada vez apuestan más por cómo optimizar sus servicios para no perder tiempo y optimizar recursos.
A diferencia de la pregunta principal: ¿Puede la inteligencia artificial pensar por sí misma? – hemos visto varios ejemplos donde la IA puede ser utilizada como un importante aliado en el día a día de las personas, especialmente en entornos corporativos.
Hoy podemos ver la migración de una inteligencia probabilística a una forma de pensar más humanizada, lo que refuerza la ventaja de usar la tecnología en la vida cotidiana. Como ejemplo, estaba hablando con un ingeniero muy calificado que tiene muchas dificultades para escribir correos electrónicos, especialmente en un entorno formal. Comenzó a usar chatGPT como una forma de optimizar su proceso personal de redacción de mensajes. Al pasar información y contexto a la IA, esta regresa rápidamente con un resultado que acelera significativamente el tiempo de redacción de un correo electrónico, además de reducir la inseguridad y ansiedad que este tipo de actividad puede generar.
Si bien es necesario revisar y corregir algunos puntos del mensaje, es evidente que, para algunas actividades y tareas, esta forma más humana puede potenciar la productividad de un profesional.
También fue posible seguir otros casos de uso de nuevas tecnologías que pronto deberían extenderse y estar cada vez más presentes en nuestra rutina.
Uno de los oradores en el evento incluso realizó una prueba pidiendo a dos IA diferentes que crearan plantillas de diapositivas para que las usara en el MWC 2023. En este experimento, se hizo evidente la diferencia significativa en la madurez entre las diferentes herramientas.
Para muchos profesionales, esta tarea de creación visual, como una presentación, puede ser un dolor que lleva mucho tiempo. ¿Imagina la facilidad de no preocuparse por desarrollar plantillas para una presentación y, por lo tanto, centrarse en estructurar el conocimiento/contenido que se compartirá?
Me quedó claro que en un futuro cercano todavía no tendremos una inteligencia artificial que piense por sí misma. Sin embargo, quienes se adaptan a él y lo utilizan para fines específicos deben aumentar mucho su capacidad de producción, reduciendo el tiempo y el esfuerzo para realizar tareas operativas, y aumentando rápidamente la capacidad para análisis más prácticos, como datos, números, informes, etc.
Creo que deberíamos dejar de preocuparnos por cuestiones como: ‘¿Puedo perder mi trabajo y ser reemplazado por IA?’ Más bien, buscamos formas de utilizar la inteligencia artificial para aprovechar nuestro valor profesional, dedicando tiempo y esfuerzo a cuestiones estratégicas y delegando cosas menos valiosas a la tecnología.
Como comentó maravillosamente Roger Frigola, ingeniero de optimización del Emirates Team New Zeland, que utiliza un asistente virtual en su día a día, «No sé si la IA será capaz de pensar por sí misma, pero estoy seguro de que me ayudará a ser un mejor pensador».
*Vinícius Boemeke es CEO de Pulsus